sábado, 13 de junio de 2020

Mi pequeña duendecilla

Mi pequeña duendecilla, toda amor y alegría, tu llegada a mi vida ha sido todo ternura.
Que antes de llegar a mí, viviste muchas desventuras.
Cuando vi tu rostro me enamoré, cuando sentí tu abrazo mi corazón se estremeció, y con tan pequeños gestos conquistabas mi ser.
Mi pequeña duendecilla, tus historias me relatabas en las noches, tus ojos se humedecían, temblabas con las emociones que provocaban aquellos recuerdos.
Mi pequeña, mi hermosa mujercita, dulce flor de la naturaleza, desde que te ví, me prometí envolverte en mis brazos, abrigarte, protegerte y alejarte de aquellos recuerdos, acariciar tus mejillas y cubrirlas de besos para obrar con magia y sanar tus heridas.
Mi pequeña, estás en mi vida, llenándola de alegría, cuando te veo solo deseo mecerte en mis brazos, susurrarte al oído dulces palabras y alejarte de los peligros.
Mi pequeña, estoy contigo, no lo olvides, desde el primer momento mi corazón es tuyo. Cuando me llames, allí estaré contigo porque eres y siempre serás mi pequeña duendecilla.


Autora: Olga González Sobrín

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