Surqué los mares para llegar a ti, mi amor. Cogí mi barco y navegué, oía tu llamada, amor, y creía no llegar. Tu canto estaba en mis oídos y miraba al mar, las olas acariciaban y mecían el barco para llevarme a ti.
Mi bella sirena, aquí estoy, déjame probar la miel de tus labios, déjame rodearte con mis brazos, déjame mi sirenita amarte, jamás te dejaré. Mi corazón has robado y mi vida quiero contigo.
Hablemos a la luna, que nos hechice, mi amor, que yo me vuelva sireno o tú tener tus piernas pero amor, a ti te dejo decidir porque yo solo quiero contigo estar.
La luna los observaba, ellos no paraban de profesar su amor, abrazados y besándose, la luna esperó su decisión, y fuese la que fuese, ellos solo vivirían para amarse y ser felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario