jueves, 30 de enero de 2020

Ecos

Ecos de los primero murmuros nacidos de un corazón, que forman una corriente llena de dulces palabras que colman de paz mi alma.
Aquellas palabras que sonaban a dulces melodías que alegraban mi vida, una vida que venía atormentada por los engaños sufridos.
Aquellas palabras que comenzaron con un simple saludo para pasar a largas conversaciones, a sonrisas al escuchar tu voz, al deseo anhelante de aquella llamada que era un bálsamo de paz para mí.
Los días formaron semanas, estas pasaron a meses con una sola misión, la del sentimiento del amor. Y así, terminamos enamorados, unidos por un hilo de voz en la distancia, que acortamos buscándonos y encontrarnos en aquella estación. Aquel día nuestras miradas se encontraron, sonriendo nos unimos en un abrazo culminado en un beso tan deseado que dejó de existir todo aquello que nos rodeaba.
Abrazados nos fuimos por aquellas calles y de tu boca solo salía: qué bella eras.
Te parabas y me mirabas, me sonreías y no te podías creer lo que estaba pasando, que te sucediera a ti.
Más no eras solo tú, porque yo también lo pensaba. No olvido tu mirada al verme por primera vez, ni tu sonrisa ni la felicidad que desprendías y eso, te lo provocaba yo.
Y así pasaron los días, las semanas, los meses que han dado años, y seguimos juntos en ese camino que iniciamos, en ese querer que anhelábamos y por fin encontramos. Cultivando un amor con sus caricias, sus ternuras, su pasión, envuelta en unos brazos en la calidez de la noche y en el dulce despertar de las mañanas, sintiéndote a mi lado, en el beso de buenos días, en tu susurro en mi oído proclamando tu amor.
Late mi corazón y bombea sangre que recorre velozmente mis venas, mi respiración se agita, mi piel se eriza ante tu cercanía, tus caricias me descontrolan y me dejo caer en la agonía del placer.
Así son nuestros días, con sus más y menos pero llenos de amor, fieles a nuestro corazón, a la paz que nos envuelve, a mi sentir por ti, al vivir día a día disfrutando de tu compañía, a ese sentimiento que se apodera de mí para gritarle al viento cuanto te quiero.



No hay comentarios:

Publicar un comentario