Te has ido de mi vida, siguiendo un rumbo diferente al mío. Un día decidiste que no podía ser, que todo había sido un error y tomaste la decisión de marchar.
Yo estaba tan enamorada, tan feliz en la relación, que aparentemente todo lo veía bien, ¡funcionaba!. Fue tan fuerte el golpe, que me hundí en un valle de lágrimas, sintiendo como mi corazón se hacía añicos.
Doloroso verte pasar por mi lado, sin dirigirme la palabra, como si fuera invisible.
He llorado tanto, intentando comprender, sintiéndome culpable por lo ocurrido.
He tenido que huir para olvidarte y dejar de sufrir. Sé que has preguntado por mí, sin contactar conmigo. Me duele tanto esa actitud tuya, de mirar de soslayo para comprobar como estoy, y no te das cuenta, que mi corazón palpita esperándote, para volver a abrirse la herida porque sigues en tu negación.
Intento sacarte de mi mente, sin embargo, los recuerdos me persiguen. Las noches se hacen eternas y me abrazo para sentir ese calor que me dabas.
Quiero olvidarte, pero mi corazón no quiere sacarte. Desde mi cabeza le doy órdenes, pero no quiere escuchar.
Me he ido lejos de ti, y aquí estoy, dejando un rastro de rosas, con la esperanza de que lo sigas para volver a mi lado. Mi corazón quiere eso, mi mente me dice: "olvídalo, él nunca volverá"
Autora: Olga González Sobrín
No hay comentarios:
Publicar un comentario