Al mar lanzo un mensaje en una botella. Lleva mis palabras más desgarradas que han roto mi paz.
Lleva escrito un mensaje para aquel que me enamoró, que llenó de calidez mi alma y me reconfortó con su amor.
Me dijo que siempre estaría para mí, cuidándome cada día, tejiendo a mi alrededor para estar protegida.
Sus palabras me enamoraron, me llenaron de ilusión, una nueva ilusión en que creer. Sus susurros en la noche, sus caricias bajo las sábanas, risas y juegos que llegaban al amanecer. Los días pasaban, las noches eran poesías, todo dio a semanas que nos hicieron sentir una misma persona.
Mis ojos se perdían en tí, mis labios te buscaban, mis manos te acariciaban, nuestros cuerpos se unían...Hasta que desgarraste mi corazón, lo hiciste añicos. Jamás lo creí de ti.
Un cobarde huidizo, un cobarde sin perdón, un cobarde sin nombre y sin corazón.
Te he escrito un mensaje, no sé si te llegará. Desapareciste sin decirme adiós y lo peor, sin una explicación.
Quiero que las olas te lo lleven, lo depositen a la orilla de tu corazón y sientas en tu piel, todo lo que has roto, y si un día dejas la cobardía aparte, responde con otro mensaje, lánzalo al mar, sabrá hacérmelo llegar.
El mar cubrirá las huellas que nos unieron una vez.
El vaivén de sus olas me mecerán en mi tristeza.
Y en las noches estrelladas me volverán a llenar de sueños.
Autora: Olga González Sobrín
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