martes, 31 de marzo de 2020

Rescatada

Ahogada de la vida, sin ganas de luchar, tiré la toalla cuando no podía más.
Sumergida en la oscuridad de las aguas, él me sujeto, me agarró de la cintura y emergió conmigo. Yo me dejé llevar, y mientras subíamos a la superficie, notaba su corazón acelerado e imaginé su susto. 
Me llevó a la orilla, sus ojos lloraban, me empezó a besar el rostro y me dijo: "no estás sola, yo estoy contigo". Y yo no pude más y me eché a llorar en su regazo, me abrazó fuertemente, me besó con ternura.Ya no estoy sola, tú estás conmigo.


Autora: Olga González Sobrín

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