miércoles, 22 de enero de 2020

Soñar




Llegaba la noche y como siempre, ella esperaba perderse en su mundo de sueños. Se acostaba y dejaba volar su imaginación, unas veces se veía paseando por la playa de una isla exótica, agarrada de la mano de su amor, ellos solos, nadie más, donde darían rienda suelta a su pasión, amándose en la arena, en el agua, ... Daba igual el lugar porque solo estaban ellos, una isla afrodisíaca y el amor que se profesaban. 
Otras veces, viajaba en busca de su amado, nerviosa, feliz, deseando detener el tiempo para ambos y poder disfrutar cada segundo, sintiendo esa pasión.
Siempre era igual, una misma meta, el amor, sentimiento que apareció en su vida cuando él llegó. Sus corazones latían al unisono, sus miradas se cruzaban y se decían todo sin necesidad de palabras. Surgió de la nada, una noche de luna mágica que los quiso unir porque esta luna, con su saber, sabía que ellos deberían encontrarse, pues, ese era su destino.
Y todo aquello dejó de ser un sueño para pasar a una realidad, la de una pareja que se ama y se desea con tal pasión que la luna envidiaba.




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