Melodía de amor suena en mis oídos junto con el canto de los pájaros acompañando a su violín, más mis pies bailando a su compás y mi mirada perdida en él. Al atardecer los dos reunidos en la pradera, hechizada por su música, mi corazón galopa sin cesar, mis brazos se echan a su cuello para perderme en sus labios.
El violín cae al suelo y sus manos envuelven mi rostro, nuestros cuerpos se aprietan, y corrientes en nuestra piel, nos hacen perdernos en deseos.
Nuestros cuerpos ruedan por la hierba, abrazados, llenándose de besos y caricias. Nuestras pieles desnudas, vibrando a nuestras caricias, besos recorriéndola, palabras de amor, susurros, y al final, somos uno, sujetos a un clímax que terminan en gemidos ahogados, en el bello amanecer que nos envolvía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario