jueves, 23 de enero de 2020

La Loba

La loba observaba la Luna, mirándola cautiva, soñando con ella.

Todas las noches se daban cita y mantenían una conversación. La Loba se había quedado sola, sus cachorros crecieron, y ahora recorría el camino sin nadie a quien cuidar. Le contaba cómo la enamoró un viejo lobo, y de esa historia de amor nacieron unos retoños que fueron la delicia de su vida, pero el destino hizo que su amor muriera. Con dolor siguió adelante con sus pequeños, que le daban felicidad. Sin embargo, al llegar a la edad adulta, los lobeznos se fueron en  busca de aventuras y nuevos territorios.
Y desde entonces, la Loba y la Luna se veían, una hablaba y la otra escuchaba. Otra vez el destino hizo llegar a su vida un nuevo amor. La Luna sonreía con picardía, mientras la Loba aullaba y el lobo le contestaba desde la colina. La Luna tomo la decisión de acercarlos.
Se encontraron, se miraron y saltaron chispas entre ellos. Comenzó una nueva historia. 




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