viernes, 24 de enero de 2020

Bajo el cielo estrellado

Buscaban constelaciones sin atreverse a decir lo que sentían el uno por el otro: aquella timidez del primer amor, cuando los corazones corren alocadamente y las almas viajan unidas para encontrarse de frente.
De pronto, las estrellas dejaron de brillar, perdieron su atractivo porque ahora son ellos quienes iluminan su rincón. No existía oscuridad ni frío, sólo amor.
Al paso de una estrella fugaz, los amigos se unieron en un abrazo y sus labios en un primer beso. Se soltaron, sorprendidos de su atrevimiento, mas miradas, ruborizados, dándose cuenta de que sus manos seguían unidas.
De sus labios brotó un te quiero, correspondido con un segundo beso amoroso y enriquecedor. Se abrazaron, mirando al cielo, esperando encontrar otra estrella fugaz, para desear que la noche no tuviera final.
Miles de estrellas iluminaban el cielo, haciendo su noche especial.


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