jueves, 21 de enero de 2021

En la niebla

Camino por sendas de tinieblas, huida del infortunio. Me persiguen los recuerdos, las traiciones, el dolor y penetran en mis huesos, tiemblo como si una presencia malévola me vigilará en la espesura.

Mis pisadas se oyen devueltas por un eco en la lejanía. Miro en todas las direcciones buscando una salida. Voy a la izquierda y me encuentro un muro. Giro a la derecha y un río. Sigo de frente, un barranco que me impide seguir. Miro atrás y me niego a retroceder, no quiero volver al lugar que escapé.

Doy vueltas, el frío me está dejando helada, me froto dándome calor, salto, brinco, grito, chillo,... Nadie responde.

Pero no me rindo, jamás. En mis brincos he visto algo, un centelleo, algo que me ha llamado la atención. Mi corazón late esperanzado.

Esta manía de mirar abajo, a los lados, al frente, pero no arriba. Sí, arriba. Porque ya no soy la de antes, sí, estoy sola, pero mi cabeza levantaré altamente y con esta decisión, es como he hallado la salida.

Ahí, arriba, ahí está mi puente de salida, mi luz, mi esperanza. Y orgullosa de quién soy, me encamino colina arriba, trepo por los hierros de un puente que antes no veía. Me cuelgo de sus barrotes, tengo miedo a las alturas, no quiero mirar abajo, solo arriba. Adelantando una mano tras otra, he subido.

Ahora sí, izquierda, derecha, ambas tienen futuro, orgullosa de mis logros, levanto mi cabeza y camino, no te digo por donde, solo te digo que voy por el camino que marca mi corazón.

Autora: Olga González Sobrín


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