Cuando me encuentro sola mi mente no deja de viajar por el mundo de los recuerdos, esos que quedan grabados con fuego en tu corazón.
Recuerdas a aquel amigo que siempre estuvo para ti, que a mi llamada acudía como el rayo, y me cobijaba en sus brazos dándome ese cariño que necesitaba, esas palabras de consuelo que deseaba oír. Porque el mundo es cruel contigo cuando estás débil. Nunca me dejó decaer, siempre levantando mi cabeza, me quería fuerte. Pero la vida es tan injusta que se lo llevó de mi lado, dejando una huérfana en su camino.
Pero la vida me volvió a castigar, dejándome huérfana de verdad, de padre. Mi otro gran apoyo, mi pilar. Más dolor a mi corazón herido. Guardo todos los momentos vividos como oro en paño, unas veces sonrío, otras alguna lágrima se me escapa. Dejó un vacío en mi vida.
Y sigo recordando, pero a la mente vienen momentos tristes. ¡NO, SE ACABÓ!
Hay momentos felices, mis hijos, mi mayor alegría, mi sueño de ser madre. El amor, la amistad, la belleza de la naturaleza, todas las cosas bellas que te presenta la vida. Y me agarro a ellas y ahora ¡VIVO!
Por fin, he cambiado los horizontes, quiero ser feliz.
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