¡Clic!, ha sonado un maravilloso sonido que nunca pensé oír, que ha liberado por fin mi corazón. ¡Sí, libre!
¡Clic!, sonido mágico que me ha devuelto la vida, a vivir nuevas ilusiones y sueños. Se ha terminado su encierro, esa pequeña agonía que estaba entre paredes gritando auxilio.
Ha empezado a latir con fuerza de nuevo, vuelve a correr esa sangre estancada, resurge como una gran primavera llena de color.
Ya veo la belleza que hay a mi alrededor, oigo el trinar de los pájaros, el movimiento de todo lo que está en mi entorno y ya me pueden ver.
¡Clic, qué maravilloso! Años de encierro, sintiendo culpabilidad, arrinconada, alejada del mundo. Dolores encerrados en un cascarón tan opaco, tan oscuro, tan frío, que nunca pensé recuperarme. Ahogada en su interior, ciega, cubierta con una venda, sin sentido de la realidad. Y hoy se ha liberado.
Sonrío ante un futuro que se me presenta, hoy difícil, pero sin miedo a iniciar esa nueva carrera a la libertad.
Sonrío al verme en el espejo, me gusta lo que veo reflejado, hay brillo en esa mirada. Ya no solo yo, mi corazón sonríe ante ese clic.
Sí, me la he ganado: mi libertad.
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