Cuando estoy en tus brazos me siento en un universo diferente, ajena a la realidad que me rodea, me siento tan llena de paz que cualquier cosa del pasado ya no me hace daño.
Cuando me envuelves en tu abrazo me pego tanto a ti que me gustaría que fuéramos uno solo, más tengo que reconocer que somos dos individualidades.
Mis latidos van al compás de los tuyos, mi respiración sigue la tuya pero, a veces, mi corazón galopa con tal fuerza por la emoción que me embriaga al saber cuánto me amas.
Me abrazo con tal fuerza a ti con miedo a perderte, gritando desde mi interior al mundo:"es mío". Tan egoísta me he vuelto que no quiero compartirte. Y tú, con tu mano coges mi barbilla para besar mis labios haciendo que me olvide del sentido de la propiedad que me he creado.
Te amo como nunca antes amé, y estoy dichosa y feliz al saber que lo soy todo para ti. Por eso, cuando me abrazas, me recreo en el placer de ser tan amada, de la protección que me das y me amarro a ti como un náufrago recién rescatado.
Autora: Olga González Sobrín
No hay comentarios:
Publicar un comentario