Me abrazo a ti, mi amigo fiel, te susurraré al oído mis tormentosos sueños, mis pesadillas diurnas ... Abrazada a ti, te contaré mis mayores secretos, y sé que me escucharás. Mis labios se moverán y ambos sabremos los secretos que cuentan. Mi corazón se irá acoplando al tuyo, mientras mi cuerpo se apoya en ti. Acariciaré tu lomo y mi rostro se irá serenando para adquirir una sonrisa, un brillo en la mirada.
Subiré sobre tí y juntos cabalgaremos libres, siguiendo la línea del horizonte sin mirar atrás, dejando los malos sueños y en busca de la felicidad. Aunque, mi querido amigo, la felicidad está en nosotros.
¡Viajemos amigo!
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