Bajo la atenta mirada de la Luna, acompañándolo en sus remordimientos, escapa el hombre en su barca.
No quiere mirar atrás, deja mucho dolor, una vida problemática y lo único que le mantiene en tierra es la niña de sus ojos, una luz que apareció.
Su corazón herido, su cuerpo cansado, un grito de auxilio ahogado. Le grita a la Luna y a su dios.
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