Un día gris. Paseo por la orilla de mis sentimientos con la brisa acariciando mis mejillas, mientras el lento golpeteo de
la lluvia me recuerda mis lágrimas perdidas.
Camino pensando en la soledad que me envuelve, en la paz que me llena al
alma. Sigo buscando la felicidad, pero las respuestas que no
quieren llegar. Avanzo preguntándome qué es lo que me causa dolor. La respuesta parece estar frente a mí, pero no la veo. Sé que está ahí, esperándome, como los rayos de sol que me
acarician por la mañana, dando color a mis mejillas. Cada estación del año tiene su
belleza: días soleados de primavera, el frescor del río en el caluroso verano, las hojas
naranjas del otoño y mi querido invierno junto a la chimenea, reunida con los seres amados.
Aquí sigo, caminando, avanzando hacia un futuro bueno o malo. Dejaré mi huella.
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