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jueves, 23 de enero de 2020

La ayuda



Él corrió en su ayuda tan pronto como la vio desprotegida. La bella Dama, acosada por una sucesión de infortunios, era perseguida sin respiro. Su naturaleza bondadosa y su confianza en una sociedad que creía no corrompida, la machacaban hasta llevarla a un precipicio sin salida.
Y fue cuando él corrió a salvarla, la agarró de la mano y la atrajo hacía sí, diciéndole:«No te preocupes, no estás sola. Yo te ayudaré».
Cayó de rodillas a sus pies, llorando. Él se agachó, la rodeó con sus brazos y la besó dulcemente en la frente. La ayudó a levantarse y la rodeó con su brazo, guiándola de nuevo a la luz, sacándola de aquella oscuridad que la había envuelto.


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