JUNTOS decidieron emprender una vida, siempre agarrados de la mano, con sus alegrías y penas pero jamás faltó el amor.
Empezaron como un juego, sus primeras sonrisas, su primer beso en la mano, y según avanzaban, dejaron el juego atrás para dar paso a un amor verdadero.
Los años transcurrieron y su complicidad los llevó al altar, llegaron los hijos aumentando su dicha, siempre juntos.
Y ahí siguen, agarrados de sus manos, con sus miradas, sus mimos, esa ternura y amor que han tenido desde el primer día.
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