Una velada a la orilla del mar, manos que se entrelazan, ojos que se observan, palabras y sonrisas.
Mientras sirven la comida, nuestros pies se rozan bajo la mesa, escalofríos que suben por las piernas, acelerando nuestros corazones.
Transcurre la velada y me enamoro más de ti, tu rostro es un poema, eres un Adonis. No puedo dejar de mirarte.
Hablamos, nos conocemos, nuestras manos se agarran, mis ojos están chispeantes, pero los tuyos quieren llorar de dicha.
Nos cubre un aura de felicidad, ajenos a todos, sólo existimos los dos. Tus palabras me conquistan, sonrío feliz, mi corazón late tu nombre y parece decir:«Síguelo».
Nuestros corazones están desbordados y me levanto, no puedo evitarlo, te amo, y agarro tu mejilla y beso tus labios.
Me dices eres MIEL y yo me sonrío, no bajo la mirada, estoy enamorada.
Terminada la velada, nos vamos agarrados de la mano por la senda que nos ha dispuesto la vida. Nos miran, nos reímos, somos felices.
Soy y seré feliz a tu lado, nuestras manos un enlace, y nuestro amor un tesoro.
Te quiero, te adoro, te amo..., palabras que salen de mi corazón y se abrazan al tuyo.
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