Mirando mi reflejo en el agua pienso en ti, mi dedo provoca ondas deseando que te lleguen, que sientas en la lejanía mis íntimos deseos, este latir de mi corazón que no deja de gritar tu nombre, bombeándolo por todo mi cuerpo.
Miro mi reflejo y te veo en mis ojos, pero no estás. Sin embargo, noto tu presencia. Me pregunto qué hechicería está ocurriendo para sentirte tan cerca, en la lejanía.
Yo soy su bruja y él mi hechicero. La magia de las noches hace que nuestros días sean cómplices de nuestros secretos, hechizos o brujerías. ¿Se puede llamar así al amor? No y sí.
Cuando tus pensamientos son los del otro, cuando sabes lo que necesita en cuanto lo miras, cuando tu mano avanza hacia su rostro para acariciarlo, o le besas sus labios, cuando enferma y estás a su lado..., y así seguiría escribiendo y escribiendo.Todo eso es amor verdadero. Bruja o hechicero, da igual, son dos corazones que empezaron a latir al unísono.
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